LAS DESVENTURAS DE KEVIN
Los veinte cuentos de este libro forman una novela irreverente, entretenidísima y profunda en la que lo moral y lo inmoral, el deseo sexual, la amistad y el amor, el placer y el dolor, la familia y la muerte tienen una presencia que cautiva al lector.
Como afirma Mario Zegarra en el prólogo, "Las historias de Joe Fontela son mucho más que historias a las que se calificará de indecentes o de desgarradoras: son historias necesarias, y sobre todo auténticas".
Joe Fontela
Buenos Aires, 1993. Puede estudiar en una prestigiosa universidad privada de Puerto Madero o repartir diarios en Zona Oeste; pasar la tarde rezando en latín o salir de caza a Pinar de Rocha; agarrarse a piñas después de un partido de Racing o llorar con las películas animadas de Estudio Ghibli.
Vargas Llosa dijo que Perú "no tiene una identidad porque las tiene todas". Esto se da en Fontela que además de argentino es irremediablemente peruano. Pasó su adolescencia en el país del ceviche, tierra de su padre, donde la cultura argentina se juntó con la mixtura de la sazón peruana y eso le dio una identidad propia.
Eterno estudiante de Filosofía en la academia y en la calle, volvió al Ramos Mejía que lo vio nacer para instalarse ahí hasta el día de hoy, donde escribe para poner sobre la mesa la complejidad existencial de la realidad humana sin por eso ceder ni un ápice de frescura.
Versión digital en GooglePlayLibros, hacé clic: EBOOK
(Tenés ahí una muestra gratis del texto, más la explicación acerca de cómo leer el formato digital y en qué dispositivos)
LAS DESVENTURAS DE KEVIN
Los veinte cuentos de este libro forman una novela irreverente, entretenidísima y profunda en la que lo moral y lo inmoral, el deseo sexual, la amistad y el amor, el placer y el dolor, la familia y la muerte tienen una presencia que cautiva al lector.
Como afirma Mario Zegarra en el prólogo, "Las historias de Joe Fontela son mucho más que historias a las que se calificará de indecentes o de desgarradoras: son historias necesarias, y sobre todo auténticas".
Joe Fontela
Buenos Aires, 1993. Puede estudiar en una prestigiosa universidad privada de Puerto Madero o repartir diarios en Zona Oeste; pasar la tarde rezando en latín o salir de caza a Pinar de Rocha; agarrarse a piñas después de un partido de Racing o llorar con las películas animadas de Estudio Ghibli.
Vargas Llosa dijo que Perú "no tiene una identidad porque las tiene todas". Esto se da en Fontela que además de argentino es irremediablemente peruano. Pasó su adolescencia en el país del ceviche, tierra de su padre, donde la cultura argentina se juntó con la mixtura de la sazón peruana y eso le dio una identidad propia.
Eterno estudiante de Filosofía en la academia y en la calle, volvió al Ramos Mejía que lo vio nacer para instalarse ahí hasta el día de hoy, donde escribe para poner sobre la mesa la complejidad existencial de la realidad humana sin por eso ceder ni un ápice de frescura.
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