Con Grecia en la sangre nos hace viajar dos veces: un viaje es el que Nita y Ebert hicieron a diversos lugares de Europa hasta llegar al lugar donde radica el alma, Grecia. El otro, es el que en la memoria de Ebert Wentinck el tiempo macerara, y que él, solitario ya, plasma en estas páginas. Dice Fabián Rossini en uno de los prólogos a este libro: "... quizás para recuperar solo una imagen, pienso yo, la sola imagen del amor. Ebert lee el diario que Nita hizo de aquel viaje y quiere releerlo y reescribirlo y contárnoslo, tal vez para que no se pierda jamás lo que importa, lo de antes y lo de ahora y lo de siempre".
Nació en la Atenas de la ocupación alemana por 1944. Su padre, Antonio, holandés errante, conoció en Grecia a Evangelia, la de raíces en Esparta. Formaron pareja, y tres hijos varones adornaron la familia.
La guerra mundial reinaba en el mundo. En pocos años emigrarían a la Argentina, buscando pan y paz. Y allí se completó el cuarteto filial con nuna hermana, y todos se agregaron a los Griegos de la Diáspora.
La escuela Rural, la escuela Industrial de Cañuelas y la Facultad de ingeniería fueron baluartes en los que Ebert se fue apoyando. Tuvo un sueño de familia y una pasión industrial compartidos con Sebastiana durante cincuenta y cuatro años.
Cuatro hijos, trece nietos y muchos más del corazón dieron y dan marco a su vida. La familia, la Industria y la Educación Industrial fueron sus pasiones de siempre.
Hoy, en estas páginas a través de la literatura, trata de volcar sus vivencias en esta etapa, la nueva de esta florecida primavera de su otoño.
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Con Grecia en la sangre nos hace viajar dos veces: un viaje es el que Nita y Ebert hicieron a diversos lugares de Europa hasta llegar al lugar donde radica el alma, Grecia. El otro, es el que en la memoria de Ebert Wentinck el tiempo macerara, y que él, solitario ya, plasma en estas páginas. Dice Fabián Rossini en uno de los prólogos a este libro: "... quizás para recuperar solo una imagen, pienso yo, la sola imagen del amor. Ebert lee el diario que Nita hizo de aquel viaje y quiere releerlo y reescribirlo y contárnoslo, tal vez para que no se pierda jamás lo que importa, lo de antes y lo de ahora y lo de siempre".
Nació en la Atenas de la ocupación alemana por 1944. Su padre, Antonio, holandés errante, conoció en Grecia a Evangelia, la de raíces en Esparta. Formaron pareja, y tres hijos varones adornaron la familia.
La guerra mundial reinaba en el mundo. En pocos años emigrarían a la Argentina, buscando pan y paz. Y allí se completó el cuarteto filial con nuna hermana, y todos se agregaron a los Griegos de la Diáspora.
La escuela Rural, la escuela Industrial de Cañuelas y la Facultad de ingeniería fueron baluartes en los que Ebert se fue apoyando. Tuvo un sueño de familia y una pasión industrial compartidos con Sebastiana durante cincuenta y cuatro años.
Cuatro hijos, trece nietos y muchos más del corazón dieron y dan marco a su vida. La familia, la Industria y la Educación Industrial fueron sus pasiones de siempre.
Hoy, en estas páginas a través de la literatura, trata de volcar sus vivencias en esta etapa, la nueva de esta florecida primavera de su otoño.
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